El envejecimiento cutáneo es un proceso irreversible que se caracteriza por la aparición de arrugas, manchas, venitas y descolgamiento de la piel. Las regiones más expuestas como la cara, el escote y las manos son las más afectadas por el llamado "fotoenvejecimiento" ocasionado por los excesos de exposición al sol o rayos UVA, todas estas afecciones de la piel son corregidas con magníficos resultados duraderos.

Permite eliminar manchas vasculares y pigmentarias benignas (lentigos, pecas, venitas faciales, arañas vasculares), especialmente indicadas en cara, escote y manos.

Además, el efecto dérmico ocasionado por el sistemas de luz pulsada y/o láser admite una acción superficial eficaz y poco agresiva con los tejidos dérmicos, favoreciendo un efecto tensor por acción sobre el colágeno de la piel sin riesgo de lipoatrofia como ha sido descrito con otras técnicas, a demás disminuye la secreción sebácea. Sin embargo no es posible utilizarlo cuando la piel se encuentra bronceada.

También llamada Radiofrecuencia facial se utiliza principalmente para tratar la laxitud de la piel estirando la piel del rostro, y es el procedimiento más adecuado para los pacientes con leve a moderada flacidez de los tejidos faciales, por lo general las personas entre sus treinta y cinco años a los cincuenta.

Se utiliza comúnmente para tratar la frente (levanta las cejas y tensa la piel de la frente), debajo de los ojos (engrosa la piel y tensa y levanta la piel de la mejilla superior), las mejillas (levanta un poco y disminuye los poros dilatados y la seborrea), las mejillas, la línea de la mandíbula (disminuye la flacidez a lo largo de la línea de la mandíbula), y el cuello (la piel se tensa y disminuye las arrugas del cuello). Es posible realizar los tratamientos aunque la piel se encuentre bronceada.